CAPITULO II:

CAPITULO II: (Los recuerdos solo existen para llevarlos)

En cada uno de sus rincones se podría observar como trascurría la seccionada vida; el ajetreado mundo en movimiento de hombre de Frack algo corroído por el tiempo caminando velozmente por llegar a su destino. Médicos, policías, ejecutivos, y una serie de estereotipos que repletarían la lista y la vista en un continuo ritual pactado de conducir sus cuerpos por caminos similares.

Alejado de todo este definido mundo, relegados a conocer los contornos difusos y los filosos márgenes; sobreviven almas en pena que dedican su tiempo a rehuir de esquemas y normas, a escapar de la distinción y tachadura en que los demás los inmiscuyen y atrapan. Acostumbrados a llevar el estigma del olvido sus vidas prefieren pasarlas en busca de sustento, en sus caras es mas fácil ver dibujada contrastadamente la felicidad y la angustia

Por otra parte, alejado de todo el mundo conocido y circundante, fuera de toda clasificación y acostumbrada vida pasajera, sobrellevando su existencia, trasformando cualquier áspero lugar en el espacio apropiado para la reflexión, relajación y el descanso, llevan sus cuerpos a límites que nos hacen pensar en estados hipnóticos. Estos capacitados para así sobrevolar y cruzar todo este mundo. Son ellos los que acompañan cada día y con frecuencia cada uno de nuestros actos. Se encargan de regular que muchas de las fuerzas no escapen y fluyan equilibradamente.

Tan dispar panorámica solo era posible de encajar en un molde que desde antes venia torcido

Pero aquel día, horas antes del amanecer decidieron juntarse alrededor de una hoguera, un murmullo ya se hacia oír desde muy lejos y estos impactados por la reciente noticia, corrieron a consultarse para saber que decisión tomar. El llamado había traído ha antiguos druidas venidos de lejanas y orientales posiciones.